Catedral del Vino

Una joya arquitectónica a caballo del modernismo y el novocentismo.

El ladrillo visto, la piedra, el rebozado y la cerámica se conjugan para conseguir una estética característica y unas formas impactantes. Grandes arcadas de inspiración clásica, mucha luz en los interiores y todos los detalles tecnológicos de la época aplicados a la elaboración de vinos.

Con la llegada de la filoxera en el siglo XIX, los campesinos catalanes empobrecieron y nació el cooperativismo como oportunidad de unirse entre ellos.

Las aportaciones tanto personales como económicas de los campesinos de la villa y el impulso de la Mancomunidad Catalana hicieron posible la construcción del Celler Cooperatiu.

Cèsar Martinell y Brunet (1888 – 1973) fue un arquitecto catalán discípulo de Gaudí, con obras a caballo del modernismo y el novocentismo.

En 1916, a punto de licenciarse como arquitecto, comenzó a trabajar con Joan Rubió mientras formaba parte del círculo del arquitecto Antoni Gaudí, que se había retirado al Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.

Fue por aquella época que fue el arquitecto de la Cooperativa Falset Marçà, y de otras Cooperativas que forman la ruta de las Bodegas Modernistas.

Àngel Guimerà las bautizó como las catedrales del vino, y no hay mejor manera de describirlas.

Login