Comparte lo que está pasando:
Seguramente has visto en las noticias y en las redes sociales todo lo que está sucediendo con los campesinos.
Y tal vez no te haya quedado del todo claro qué está pasando y qué es lo que están pidiendo.
Por eso hemos pensado que sería buena idea explicártelo, para que lo entiendas y los apoyes en esta lucha.
Hace mucho tiempo que el sector de la agricultura está viviendo una situación muy complicada y no paran de ponerles las cosas aún más difíciles.
Los agricultores se quejan por diversas razones (y con razón): desde el incremento de los costos de producción, los bajos precios que les pagan, la falta de control en las importaciones, la nueva política agraria común, la grave sequía y, sobre todo, el exceso de burocratización.
Además, la agricultura en estos últimos años, desafortunadamente, se está perdiendo, ya que según los datos del departamento de Acción Climática de la Generalitat, en Cataluña en 2019 había 55,355 explotaciones agrícolas. En 2022, últimas datos disponibles, eran 46,302. Es decir, en siete años, se ha perdido un 16% de fincas agrícolas.
Así que estar al tanto de lo que están pidiendo es una obligación de todos para darles el apoyo que merecen, y por eso intentaré hacértelo entender.
Los combustibles, fertilizantes y la electricidad no han dejado de subir desde hace tiempo. Para darte un dato, en el año 2022 los costos agrarios registraron un aumento interanual del 32%.
Además, aunque se ha incrementado el salario mínimo interanual, esto ha supuesto un costo adicional para los agricultores, ya que en épocas como la vendimia deben contratar mano de obra y, como ellos dicen, queremos salarios justos para los trabajadores, pero la Seguridad Social nos asfixia”.
Además de esto, no es solo que suban los costos de producción, sino que han bajado el precio de sus productos. Hace años se aprobó la ley de seguridad alimentaria, con la cual se aseguraban precios justos para los productos de los agricultores, pero, a pesar de eso, aún no está aplicada.
Este es otro tema que los tiene muy cansados.
Con todos los trámites que les piden hacer, terminan pasando más tiempo en la oficina que en el campo. Además, muchos de estos papeles son repetitivos.
Los agricultores y ganaderos tienen que presentar, por ejemplo, todo esto y más: temas sanitarios, fitosanitarios y garantías alimentarias, cuestiones medioambientales, bienestar animal (en el caso de los ganaderos), contratos de trabajo, ampliaciones o obras en sus explotaciones… Además, todo esto lo tienen que tratar en departamentos muy diferentes, lo que a veces les obliga a duplicar el trabajo.
Aquí te dejo un pequeño video muy interesante del diputado Salvador Vergés hablando de la burocratización en la agricultura:
Si quieres ver el discurso entero, haz clic aquí.
Este es otro tema muy preocupante debido a que el sector de la agricultura es uno de los más afectados por el cambio climático. La pérdida de espacio para sembrar, el aumento de enfermedades de las vides, la sequía y otros cambios biológicos están afectando la productividad de las tierras.
Bien, se están proponiendo muchas políticas para hacer frente a este problema, pero los costos que tienen para los agricultores y ganaderos no están al alcance de todos. Por este motivo, muchos agricultores y agricultoras se quejan de que, al final, solo las grandes explotaciones serán viables y los pequeños agricultores y ganaderos desaparecerán.
Otro grave problema que está experimentando la agricultura catalana es la falta de relevo generacional y, en el Priorat, por ejemplo, muchos agricultores tienen 65 años o más y en poco tiempo no podrán hacerse cargo de sus tierras y, si no encuentran a alguien que los sustituya, se perderán. Esta falta de continuidad pone en peligro la producción de uva, lo que podría traducirse en una gran pérdida de tierras en los años venideros.
Bien, se están proponiendo muchas políticas para hacer frente a este problema, pero los costos que tienen para los agricultores y ganaderos no están al alcance de todos. Por este motivo, muchos agricultores y agricultoras se quejan de que, al final, solo las grandes explotaciones serán viables y los pequeños agricultores y ganaderos desaparecerán.
La demanda de precios justos y reconocimiento como gestores del territorio es una prioridad para los agricultores. Estos reclaman la dificultad que tienen para competir con otros países que utilizan productos fitosanitarios prohibidos en Cataluña. Además, destacan la incongruencia entre prohibiciones locales y permisos de importación contradictorios.
No está bien que se les prohíba el uso de materias activas porque representan un riesgo para la seguridad alimentaria, mientras se importan productos del exterior sin poner ningún problema.
En la Cooperativa Falset Marçà estamos llevando a cabo diversas acciones e impulsando algunos proyectos para mitigar un poco el malestar de los socios de la Cooperativa con todas estas dificultades que encuentran actualmente. Algunas de estas acciones son:
A pesar de todo, sabemos que la solución no la debemos poner nosotros, sino que debe venir de otras administraciones gubernamentales. Pero, mientras tanto, hemos querido llevar adelante estas acciones para ayudarlos a sobrellevar de la mejor manera la dura situación que están viviendo.
Antes de finalizar este artículo, queremos darte algunos consejos sobre lo que puedes hacer en tu día a día para mejorar las condiciones de los campesinos:
En conclusión, ya ves que motivos para quejarse tienen, y ahora, lo que más necesitan es que los escuchemos, que cambiemos nuestros hábitos de consumo y que sumemos fuerzas en esta lucha que es de todos.
Como han dicho en muchas de las pancartas que llevaban: “Nuestra huelga, será vuestra hambre” y no les falta razón, debemos cuidarlos, ayudarlos y, sobre todo, valorarlos, porque lo que tenemos en Cataluña es un privilegio y no podemos permitir que se pierda.
Tú también puedes salvar la agricultura y la ganadería, pasa a la acción.
La venta de proximidad está regulada y permite identificar a los agricultores catalanes que venden ellos mismos sus productos al público, según el Decreto 24/2013.
