Muchos de nosotros consideramos que comer y beber bien es todo un placer y un privilegio. Degustar nuevos sabores y texturas es, para algunos de nosotros, un modo de vida. Y no me refiero a consumir grandes cantidades ni a ir al mejor restaurante de Cataluña, sino a disfrutar de una buena alimentación. A agregar más que simplemente tomate a unas lentejas o a preparar ensaladas con una variedad de condimentos.
A aquellos de nosotros a quienes nos gusta la gastronomía, nos encanta probar nuevas combinaciones de sabores, somos audaces y nos saltamos las ‘normas’. Para nosotros, probar nuevos platos o vinos es un plan perfecto.
Somos de esas personas que, si nos dicen ‘esto con esto nunca puede quedar bien’, nosotros vamos y lo probamos. Y sí, algunas decepciones nos hemos llevado, pero ¿qué me dices de todos los mitos que hemos roto?
Así que, si eres de los que aprecian la buena comida y bebida, este artículo es para ti. Te hablaré de un vino que sirve para desmentir mitos, que nos demuestra que los atrevidos terminamos disfrutando de una verdadera experiencia para nuestras papilas gustativas.
ÈTIM Tardana Blanca, el vino del que te hablaré hoy, es mucho más que un vino para postres. Debido a su historia, este tipo de vinos siempre se ha catalogado como vinos para finalizar las comidas. En nuestra tierra es costumbre pedir un vino de postre y acompañarlo con una copa de mistela o vino rancio, y de manera inconsciente, hemos asociado los vinos dulces para acompañar platos dulces. Por eso, quiero explicarte el potencial de este pequeño pero gran vino dulce que es ÈTIM Tardana Blanca, y que descubras sabores sorprendentes.
Antes de profundizar más en el tema gastronómico, quiero explicarte cómo se elabora el ÈTIM Tardana Blanca y que veas las diferencias en comparación con la elaboración de otros vinos.
Este vino dulce está elaborado con garnacha blanca, una variedad muy importante en nuestra región. La garnacha blanca que utilizamos para el ÈTIM Tardana Blanca proviene de fincas donde la maduración ha sido óptima. La Tardana Blanca se encuentra dentro de los vinos que llamamos vendimia tardía, así denominados porque se cosecha cuando la uva está bien madura.
Una vez alcanza la madurez deseada y la llevamos a la bodega, la sometemos a una maceración en frío con sus pieles durante 24 horas, lo que nos proporciona más cuerpo y aromas.
Pasado este tiempo, realizamos el sangrado, es decir, extraemos el mosto flor al que añadimos alcohol para detener la fermentación. No queremos que fermente para preservar su dulzura, ya que todo el azúcar de la uva madura se conserva.
A continuación, dejamos el vino durante 15 a 20 días con las lías finas en el depósito, que son los pocos microorganismos que han salido y se han depositado en el fondo del depósito, y durante este tiempo lo removemos casi a diario.
Luego lo transferimos a barricas de segundo año y lo dejamos allí durante 4 o 5 meses. Nunca dejamos que las barricas donde reposa el ÈTIM Tardana Blanca se vacíen por completo.
Finalmente, le hacemos una filtración suave y lo embotellamos.
Si no has probado la Tardana Blanca, te estás perdiendo un sabor único y diferente. Es uno de esos vinos que pueden ser difíciles de catar, pero una vez lo haces, te enamoras de él. Su dulzura y acidez lo convierten en un vino ideal para acompañar diferentes tipos de platos.
Si observas su ligero color, podrás apreciar los reflejos amarillos y matices dorados que esconde. Tiene un color limpio y brillante que lo hace aún más atractivo.
Sus aromas son muy peculiares, entre los que podrás encontrar toques de flor de naranjo, hierbas como la manzanilla, cítricos con un fondo de miel, melocotón y notas de vainilla o canela.
Para finalizar, al probarlo te darás cuenta de que no es un vino dulce cualquiera, sino que es diferente y muy especial. Tiene una textura sedosa y es cremoso. Su cuerpo es perfecto, no demasiado denso ni demasiado ligero. Lo que más destaca al catar este vino es su largo final en boca, ya que su agradable sabor perdura durante un buen rato.
Un vino blanco dulce como el ÈTIM Tardana Blanca es un vino para disfrutar, es decir, es importante brindarle la atención y el servicio que se merece.
Disfrutar de una copa requiere su momento óptimo, su temperatura y su copa. Si eres de los que disfrutan de los pequeños momentos acompañados de buena comida y buen vino, ÈTIM Tardana Blanca no puede faltar.
Como probablemente ya sabes, no es lo mismo beber un vino blanco frío que a temperatura ambiente, y con este vino sucede lo mismo. Te recomendamos consumirlo a una temperatura de entre 6-8 °C para sacarle el máximo provecho.
Por otro lado, un factor que puede influir en el vino es beberlo en la copa adecuada. En este caso, al igual que sus hermanos, los vinos dulces negros y el rancio, la mejor copa para tomarlo es aquella que tiene el cuello estrecho, ya que ayuda a retener sus aromas durante más tiempo y a que, cuando lo bebas, lleguen directamente a tu nariz.
Como te he mencionado, el ÈTIM Tardana Blanca no es un vino dulce común. Es un vino que demuestra que relacionar el vino dulce únicamente con los postres es simplemente un mito.
Si eres de las personas a las que les gusta experimentar, este vino te brinda la oportunidad perfecta. Además de ser un gran acompañante de postres clásicos como frutos secos, cocas rápidas caseras o galletas secas, también se puede ofrecer durante el aperitivo para acompañar, por ejemplo, unas gambas salteadas.
Siendo un buen vino blanco, también combina muy bien con quesos, especialmente los azules que no son demasiado picantes, como el roquefort, gorgonzola y los catalanes Blau de Jutglar o Glauc. También va muy bien con la sobrasada.
Pero ahora te contaré la combinación estrella: ÈTIM Tardana Blanca y el foie. Este maridaje resalta los aromas de este vino, pero sobre todo crea una combinación gustativa en la boca que no te dejará indiferente.
Como ves, su versatilidad lo convierte en un vino perfecto para disfrutar solo, durante las comidas o con los postres.
La receta que te doy es muy sencilla de hacer, no te llevará más de 10 minutos y aún te durará menos en el plato. Es un aperitivo perfecto para reuniones familiares o con amigos y combina maravillosamente con el ÈTIM Tardana Blanca.
Ingredientes:
Elaboración:
Y ya estaría listo tu entrante y maridaje ideal para ÈTIM Tardana Blanca. Atrévete a probarlo, que sorprende.
A nosotros nos gusta decir que el ÈTIM Tardana Blanca está diseñado para los momentos delicatessen, para acompañar comidas y momentos exquisitos.
Es uno de esos vinos que, si lo combinas con el maridaje adecuado, te hará cerrar los ojos y ver fuegos artificiales. Aunque sea un vino poco conocido, puede acompañarte en cualquier momento.
Ya sea que te apetezca tomar una copa después de la cena o quieras disfrutarlo para maridar quesos en la hora del aperitivo, ÈTIM Tardana Blanca encaja en cualquiera de estos momentos.
Así que, no hay un mejor momento para disfrutar del ÈTIM Tardana Blanca, esos momentos los decides tú, ya que una vez que lo pruebas, te resultará difícil no encontrarle un lugar en tus reuniones.
Ahora que conoces un poco más este vino blanco dulce tan especial, es el momento de poner a prueba todo lo que te he dicho. Es hora de descubrir que es un vino perfecto para postres pero sorprendente con los aperitivos. Si eres de los que busca y valora una buena experiencia gastronómica, el ÈTIM Tardana Blanca debe estar en tu checklist.
La venta de proximidad está regulada y permite identificar a los agricultores catalanes que venden ellos mismos sus productos al público, según el Decreto 24/2013.
