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ÈTIM, la marca que dio vida a los sueños de la Cooperativa Falset Marçà
¿Alguna vez has tenido un sueño? No uno de esos que ves mientras duermes, sino un propósito en la vida que has querido lograr con todas tus fuerzas. Nosotros sí, y no solo uno, pero hoy te contaré cómo uno de esos pequeños grandes sueños se hizo realidad.
Si estás aquí es porque conoces la Cooperativa Falset Marçà, pero es importante que sepas que es mucho más que la bodega modernista que ves y hacemos mucho más que vinos, aceites y vermuts. La Cooperativa es una organización que vela constantemente por mejorar nuestro territorio y que da vida al esfuerzo y pasión de un gran conjunto de socios que la forman, pero esa es otra historia que ya te contaré más adelante.
La historia de la que quiero hablarte hoy es la de ÈTIM, una simple marca a ojos de los demás y un sueño cumplido para aquellos que han luchado por hacerlo realidad. Así que, si alguna vez has sentido curiosidad por saber de dónde ha salido ÈTIM, cuál es su significado y por qué es la marca más querida y reconocida de la Cooperativa, te lo explico todo para que entiendas y veas cómo hemos logrado sacar adelante este proyecto y convertirlo en lo que es hoy día, una marca de vinos y aceites reconocida en muchas partes del mundo.
La historia de ÈTIM: un pequeño viaje en el tiempo
Como en todas las historias, es importante que comencemos por el principio.
ÈTIM no siempre ha sido la marca emblemática de la Cooperativa Falset Marçà, ni siquiera la única. Como bien sabrás, la Cooperativa lleva más de 100 años funcionando y la elaboración de vinos, aceites y vermuts siempre ha sido su actividad más importante.
Hace muchos años, el Sindicat Agrícola i Caixa Rural de Falset y el Sindicat Agrícola i Caixa Rural del Baix Priorat (de Marçà) no trabajaban juntos, cada uno tenía su edificio, su sección de crédito y hacían sus propios productos. Un día, en el año 1999, decidieron fusionarse para sacar aún más jugo a sus proyectos y crear lo que hoy conocemos como l’Agrícola Falset Marçà i Secció de Crèdit, es decir, la Cooperativa Falset Marçà.
A partir de ese momento, empezaron a producir sus productos de forma conjunta bajo algunas de las marcas que ya tenían y otras que se crearon nuevas: “Falset”, “Jovencell”, “Martius” (en honor a la etimología del pueblo de Marçà), “Castell de Falset”, “Imus”, las cuales aún están muy presentes en la actual Cooperativa.
Pero … ¿Cuando surgió la marca ÈTIM?
Durante los primeros años de la fusión (años 2000-2003), ÈTIM salió a la luz y era la marca utilizada para los monovarietales de garnacha, de syrah y para los tres vinos dulces (los Ètim Tradition). “Martius” no desapareció y se quedó para el vino blanco, el rosado y el negro con crianza de 6 meses en barrica, los que ahora llamamos vinos básicos.
Tiempo después, en el año 2006, hicimos el gran cambio y todos los vinos ya se etiquetaron con la marca “Ètim” y “Martius” quedó como segunda marca (utilizada sobre todo en mercados extranjeros para importadores que solicitan exclusividad). Sin embargo, la marca “Imus” se conserva para el joven y “Castell de Falset” para dos vinos: el coupage de crianza y el monovarietal de garnacha blanca con madera (el actual L’Esparver blanco).
La decisión de apostar por la marca era que queríamos crear solo una marca de vino que simbolizara la misión de la Cooperativa y que todos los socios y trabajadores nos sintiéramos identificados. Otro de los argumentos para apostar por “Ètim” fue que si se lee al revés da “mite”, y lograr que la producción de vinos y aceites de la Cooperativa fuera un “mite” era muy motivador.
💡 Como curiosidad, el primer producto en ser comercializado con la marca Ètim no fue un vino, sino el aceite de oliva virgen extra ÈTIM envasado en botella de 75 cl.
La actual imagen de la marca ÈTIM, con estas etiquetas tan coloridas y los nombres de los vinos actuales, no aparecieron hasta el 2017, cuando ÈTIM empezó a ser una marca reconocida mucho más allá del territorio catalán. Fue toda una historia elegir los nombres de estos vinos y se decidieron según lo que evocaban cada uno de ellos (El Juego, El Viaje, El Origen, El Destino* (ahora L’Antull), La Pausa, El Origen,…etc.).
¿Cuál es el significado de ÈTIM?
Ahora que ya sabes cómo llegó ÈTIM a la Cooperativa, es momento de que te explique cuál es su significado y por qué se le quiso dar ese nombre.
Su significado tiene mucha importancia y es que ÈTIM va más allá de una simple palabra del diccionario, no fue elegida al azar y significa: “*forma originaria de una palabra, la palabra de donde procede otra palabra”*, pero nosotros no la elegimos por su significado literal sino por su etimología. Su origen es del griego *étymon* ‘**cosa verdadera, sentido auténtico**. Así pues, ÈTIM no es solo el origen de una palabra, sino una conexión con lo que es auténtico, con lo que es verdadero.
Esta conexión gustó mucho a los socios de la Cooperativa Falset Marçà, y con ÈTIM quisieron jugar con el doble sentido de «origen» y «autenticidad». En Marçà y Falset, las cooperativas fusionadas dentro de esta marca, siempre se han sentido muy identificadas con esta dualidad, ya que no solo luchan día tras día por preservar sus raíces, sino que también buscan ser auténticos en cada copa que llenan.
*Retrocedemos un poco en el tiempo, nos situamos antes del cooperativismo…
Antiguamente, el vino que se elaboraba en el Priorat no era lo que es ahora, ni tan bueno ni tan reconocido, se malvendía y acababa sin nombre y adulterado, eran vinos sin identidad.
Después de la crisis económica y la plaga de filoxera, surgió la necesidad de etiquetar los vinos locales y darles una marca para darles prestigio y poder venderlos a un precio mejor. En definitiva, se trataba de hacer que el vino no perdiera sus raíces y que llegara a nuestros sentidos tal como había nacido: auténtico.
Así pues, ÈTIM era el nombre de marca perfecto para dar vida a ese sueño de dar valor a nuestros orígenes y de mantener la autenticidad de nuestro territorio.
¿Por qué escoger ÈTIM?
Elegir ÈTIM es dar vida a los sueños de los agricultores
Cuando elijas un vino, no te fijes solo en la etiqueta, piensa en lo que hay detrás, en quién, cuándo y cómo se hace y enamórate de su historia y de su propósito. A veces, estás haciendo más que comprar una simple botella de vino.
Y eso es lo que haces cuando eliges los vinos ÈTIM, no solo estás eligiendo un vino para alegrarte las comidas o porque te acompañe en momentos especiales, sino que con cada botella que compras estás reconociendo el trabajo y el esfuerzo de pequeños agricultores que trabajan día tras día para mantener vivo un territorio con siglos de historia y que se podría perder si no le damos valor al porqué lo elegimos.
Cada vez que te bebes una botella de vino ÈTIM estás degustando historia, origen, autenticidad y estás apoyando al cooperativismo, que es sinónimo de confianza y de la satisfacción de trabajar juntos hacia unos objetivos compartidos.