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Aprender a catar un vino es todo un arte y es cierto que se necesitan algunos conocimientos técnicos para hacerlo correctamente, pero eso no significa que no puedas ir aprendiendo poco a poco en casa. Hace un tiempo te explicamos cómo encontrar los aromas de un vino y, en este artículo, damos un paso más y te explicamos los pasos que deberías seguir para aprender a catar un vino blanco como un experto.

Haz el examen visual

El primer paso en la degustación de un vino blanco es el examen visual. Antes de catar el vino, es importante que observes el color, el brillo y la claridad.

¿Qué nos dice su color?

El color del vino blanco puede variar desde un amarillo pálido hasta un dorado intenso. Estos matices pueden dar indicios sobre la edad del vino, la variedad de uva utilizada y las técnicas de elaboración. Por ejemplo, un vino blanco joven a menudo tendrá un color más claro, mientras que un vino envejecido en barrica puede tener tonos más dorados.

Qué nos dice el brillo y la claridad del vino blanco?

Un vino blanco de buena calidad debe ser limpio y brillante. La claridad indica que el vino ha sido bien filtrado, mientras que el brillo es una señal de frescura y acidez. Para observarlo mejor, inclina ligeramente la copa y mira el vino sobre un fondo blanco.

Encuentra los aromas

Una vez que has hecho el examen visual, el siguiente paso es el examen olfativo. Esto implica identificar los aromas presentes y comprender la información que te proporcionan.

Los aromas del vino nos brindan información sobre la variedad de uva, el proceso de elaboración, los tipos de suelo, la orientación de la bodega e incluso la edad del vino.

Aromas primarios, secundarios y terciarios

Lo primero que debes entender es que hay tres tipos de aromas que puedes encontrar en un vino. A continuación, te doy una breve explicación de la información que proporciona cada uno:

  • Aromas primarios: Son los que provienen de la uva y son todas aquellas notas afrutadas, florales y herbáceas. Por ejemplo, un vino blanco elaborado con uvas de garnacha blanca puede tener aromas a pera o durazno.
  • Aromas secundarios: Son los que se crean durante la fermentación y pueden incluir aromas como levadura o pan tostado.
  • Aromas terciarios: Estos son los que se desarrollan con el envejecimiento y podrías encontrar, por ejemplo, notas de miel, frutos secos y especias.
Identifica los aromas

Para identificar los aromas de un vino blanco, mueve suavemente la copa para liberar las distintas fragancias presentes. Acerca la nariz al borde de la copa y realiza respiraciones cortas y profundas.

Lo ideal para captar los aromas es utilizar la copa «Chardonnay». Estas copas tienen una forma de U y son más rectas que las de vino tinto. Esta forma permite mantener la temperatura fresca del vino, lo cual es muy importante en el vino blanco para apreciar al máximo sus cualidades, y además facilita la liberación de los aromas varietales.

Hora de catarlo

Finalmente, es hora de degustar el vino. La cata en boca implica evaluar diferentes aspectos del vino mientras lo tienes en la boca.

¿Qué sensación en boca notas?

Los vinos blancos suelen tener una sensación más ligera y fresca en comparación con los vinos tintos. Estas sensaciones pueden variar según la acidez, el contenido de alcohol y el cuerpo del vino.

¿Qué nivel de acidez encuentras?

La acidez es una característica clave de los vinos blancos; es la responsable de la frescura. Los vinos blancos con alta acidez tienen una sensación más refrescante.

Para evaluar la acidez, observa la cantidad de saliva que se produce en la boca después de degustar el vino. Una mayor producción de saliva puede indicar una acidez más elevada. Además, puedes notar una sensación de frescura intensa en la boca, que podría compararse con la sensación de beber jugo de limón u otras bebidas ácidas.

¿Es un vino blanco tirando hacia dulce o es mas bien seco?

Aunque la mayoría de los vinos blancos suelen caracterizarse por ser más secos que dulces, algunos pueden presentar diferentes niveles de dulzura. La dulzura se detecta en la punta de la lengua.

Los vinos blancos secos tienen una concentración muy baja de azúcar residual, ya que la mayor parte de los azúcares de la uva se ha convertido en alcohol durante el proceso de fermentación. Esto da lugar a una sensación de sequedad en boca y una textura más ligera y refrescante.

En cambio, algunos vinos blancos pueden mantener cierta cantidad de azúcar residual después de la fermentación, lo cual añade dulzura al sabor final del vino.

Dependiendo del proceso de elaboración del vino, la dulzura puede variar, desde vinos totalmente secos hasta vinos dulces o semidulces. Así que, la percepción de dulzura es un aspecto clave que influye en la complejidad y el estilo del vino blanco.

¿Cómo es el final?

El final es la cantidad de tiempo que dura el sabor después de tragar el vino. Un final largo es indicativo de un vino de calidad. Es interesante intentar notar si los sabores cambian o evolucionan después de beberlo.

Diferencias entre la cata de vinos blancos y negros

Aunque los pasos básicos para catarlos son similares, hay algunas diferencias clave a tener en cuenta.

  • Temperatura de servicio: Los vinos blancos se sirven a una temperatura más baja (entre 8°C y 12°C) para mantener la frescura y acidez, mientras que los vinos tintos se sirven a una temperatura más alta (entre 15°C y 18°C) para resaltar sus aromas y taninos.
  • Aromas y sabor: Los vinos tintos a menudo tienen aromas y sabores más intensos y complejos, con notas de frutas negras, especias, cuero y chocolate, mientras que los vinos blancos tienden a tener notas de frutas blancas, cítricos, flores y hierbas.
  • Taninos: Los vinos tintos contienen taninos, que provienen de la piel de la uva y aportan una sensación más áspera en la boca. Los vinos blancos, en cambio, tienen muy pocos o ningún tanino, ya que pasan muy poco tiempo en contacto con las pieles, lo que los hace más suaves al paladar.
  • Envejecimiento: Los vinos tintos a menudo tienen un período más largo de envejecimiento en barrica y botella, mientras que muchos vinos blancos se disfrutan mejor jóvenes y frescos. Sin embargo, algunos vinos blancos, especialmente aquellos que han sido fermentados o envejecidos en barrica, pueden desarrollar una complejidad adicional con el envejecimiento.

Ya ves que la degustación de vinos blancos es toda una experiencia sensorial que requiere práctica. Sin embargo, siguiendo estos pasos, puedes comenzar a aprender a catar los vinos blancos.

Si quieres empezar a poner en práctica estos consejos de cata, ÈTIM L’Antull es ideal. Un vino fácil de beber, con frescura, acidez justa … Y el resto tendrás que descubrirlo tu, ¿te atreves?

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