El proceso de la vendimia en la DO Montsant
Cuando llega la vendimia, el paisaje de la DO Montsant cambia. Los viñedos, cargados de uva, se llenan de vida y de actividad. Es el momento más esperado del año, ese instante en el que el trabajo de meses se recoge con las manos y se transforma en vinos que hablarán del territorio. Pero, ¿cómo es exactamente el proceso de la vendimia? Te lo cuento paso a paso.
1. El momento de decidir: cuándo cosechar las uvas
La vendimia no comienza porque sí. Antes de tomar las tijeras, el equipo de la Cooperativa analiza las uvas para asegurarse de que ha llegado al punto óptimo de maduración. Se mide la cantidad de azúcar (que después se convertirá en alcohol) y la acidez. Incluso se hace una pequeña cata del grano y de las pieles, porque el gusto también da pistas.
Cada variedad tiene su ritmo, y dentro de un mismo viñedo puede haber diferencias según la orientación del sol o el tipo de suelo. Por eso la vendimia se hace de forma escalonada, cosechando cada parcela en el momento preciso.
2. La cosecha: manos que hacen historia
Una vez decidido el día, llega el trabajo más visible: cortar la uva. Aunque existen máquinas vendimiadoras, en la DO Montsant la cosecha manual es muy habitual. Con tijeras y cajas, los vendimiadores seleccionan uva a uva.
El trabajo comienza a primera hora de la mañana, cuando el aire es fresco y el sol todavía no calienta. Así se evita que la uva pierda aromas o empiece a fermentar antes de tiempo. Los viñedos se llenan de conversaciones y de risas.

3. El viaje hasta la bodega
Una vez llenas, las cajas o remolques se llevan a la bodega con mucho cuidado. Aquí, cada carga pasa por la báscula para controlar su peso y garantizar la trazabilidad: saber exactamente de dónde viene cada uva y en qué vino acabará. Este detalle es esencial para mantener la calidad y autenticidad de los vinos de la DO Montsant.
4. Selección y despalillado
En la bodega, la uva aún recibe más cuidados. En muchas elaboraciones se realiza una selección manual sobre mesa, descartando aquellos grandes que no estén en perfecto estado. Luego llega el momento del despalillado, que consiste en separar los granos de la rapa, la parte leñosa de la uva. Esta decisión puede variar según el tipo de vino que se quiera elaborar: hay vinos que también incluyen una parte de rapa para dar estructura y frescura.
5. Prensada y fermentación
Cuando la uva ya está lista, comienza el proceso de extracción del mosto. En el caso de los vinos tintos, primero se deja que las pieles estén en contacto con el zumo para aportar color y aromas. En los vinos blancos, en cambio, suelen prensarse directamente para conseguir un mosto claro y limpio.
El mosto resultante se traslada a depósitos de acero inoxidable. Aquí tiene lugar la fermentación: las levaduras transforman el azúcar en alcohol y liberan aromas y sabores. Es un momento mágico, porque el zumo dulce de uva comienza a convertirse en vino.

6. Descanso y crianza
Una vez terminada la fermentación, el vino puede seguir caminos distintos. Algunos vinos jóvenes se ponen rápidamente listos para ser embotellados y disfrutados en su frescura. Otros reposan meses o años en barricas, botellas o incluso ánforas, adquiriendo complejidad y elegancia.
7. Del viñedo a la copa
Todo este proceso tiene un punto de partida muy sencillo: el trabajo paciente del viñedo y la cosecha en la vendimia. Pero detrás de cada copa hay un esfuerzo colectivo, decisiones técnicas y, sobre todo, la pasión de un territorio que ama lo que hace.
La vendimia en la DO Montsant es, al mismo tiempo, trabajo y fiesta, tradición e innovación.
Cada año es diferente, cada uva tiene su historia y cada vino acaba explicándola a su manera.